SE VAN TODOS: MARTÍN VIZCARRA PROPONE ADELANTO DE ELECCIONES GENERALES

Por el secretismo con que se manejó el contenido del discurso y el tono del mismo (mientras lo leía), se esperaba la disolución del Congreso. Pero Vizcarra optó por una solución intermedia (vt)

Como cierre de un largo mensaje presidencial de casi dos horas ante la representación nacional parlamentaria, Martín Vizcarra anunció la propuesta de Elecciones Generales anticipadas para el 2020.

Con la frase "nos vamos todos", el presidente de la República, sin embargo, no indicó de manera explícita que la propuesta necesitará de una reforma constitucional. Asimismo, que deberá aprobarse en la próxima legislatura y que deberá ser ratificada a través de un referéndum.

El anuncio del medio día del 28 de julio, fecha del Aniversario patrio, despeja, de momento, el clima de incertidumbre creado en torno a los rumores de la disolución del parlamento. Con ella era previsible el crecimiento del clima de confrontación política. La mayoría de constitucionalistas, de analistas serios y aún de políticos demoburgueses con las cosas bien puestas, eran categóricos en afirmar el carácter inconstitucional y golpista de la medida barajada.

La propuesta aparece así como un camino intermedio. Pero Martín Vizcarra explicó que esta salida obedece a que la "Reforma Política" fue "aprobada de palabra y denegada en los hechos" por el Parlamento.

Hace exactamente un año, Vizcarra emprendió el camino de las reformas constitucionales como una respuesta disolvente al creciente clamor por una Nueva Constitución. Merced a su propia improvisación e impericia, a los límites de su potestad reformadora y a su táctica demagógica respecto a un parlamento desprestigiado, el paquete de reformas que propusiera al Congreso no podía aprobarse como pasada por un tubo. Pero nunca llegaron a entenderlo, ni a aceptarlo, él y sus aliados.

La derrota del candidato pro gobierno, Daniel Salaverry, en las elecciones de este sábado para la nueva mesa directiva del Congreso, podría haber modificado el escenario político que Vizcarra tenía diseñado de cara al Mensaje del 28.

El nuevo presidente del Congreso, Pedro Olaechea, es un conspicuo miembro de la Confiep, el más poderoso gremio empresarial en el Perú. Aunque llegó al parlamento por la formación Peruanos por el Kambio del renunciante Pedro Pablo Kuczynski, se le ha vinculado al fujimorismo.

Todo indicaba que, pese a un año de orquestación para desbancar a la mayoría fuji-aprista de ese poder del Estado, el gobierno y sus aliados habían retornado casi a foja cero.

Las reacciones del establishment político han sido surtidas desde que Vizcarra hiciera público ese aspecto medular de su discurso. "Sí se puede", por parte de aliados como Marco Arana. "Fuera, fuera", por parte de la oposición.

Jorge del Castillo, del Partido Aprista, afirmaba ante la prensa que la propuesta es inconstitucional. Marisa Glave, de Nuevo Perú, la apoyó pero señaló que sería "más de lo mismo", en tanto no ha habido real reforma política.

De hecho, Glave y sectores de la izquierda electoral pujaban por un cierre del Parlamento al no haberse respetado la "esencia" de los proyectos vizcarristas.

Conforme pasen las horas se irán aclarando los alcances de la salida planteada por el presidente accidental.